viernes, julio 30, 2010

Diplomacia Corporativa en empresas españolas

Vía Blog-o-corp descubrimos que la Diplomacia Corporativa, tipología de comunicación muy ligada a las relaciones públicas y el protocolo que es indispensable en las multinacionales extranjeras, comienza a implantarse lentamente en España gracias a la importancia que están teniendo los mercados internacionales para unas pocas empresas españolas. Pero deberían implantar la diplomacia corporativa en su día a día también en su comunicación dentro del mercado interno del país como se hace en Europa o Norteamerica.



Cristina Aced comenta lo siguiente:
Me comentaban el otro día que Sol Meliá tiene un departamento de diplomacia corporativa, algo que me sorprendió. Se trata del Gabinete Institucional y Diplomacia Corporativa, que dirige Esther Trujillo. Es la primera empresa española en contar con este departamento, leo en El País, aunque no es la única que se ocupa de estos temas. También Iberdrola, Técnicas Reunidas, Santander, Telefónica o Repsol cuentan con profesionales dedicados a estas funciones, cuyos perfiles suelen tener algo en común: un pasado diplomático (no es casualidad, atendiendo al nombre de la disciplina).
¿Cuál es la función de esta área? “Gestionar las Relaciones Institucionales, la Comunicación Corporativa, el Diálogo con los Stakeholders y la Reputación Corporativa de la compañía”, explica Sol Meliá en su dossier de prensa. Ellos lo ligan a su compromiso de desarrollo sostenible. Según la RAE, diplomacia es la “ciencia o conocimiento de los intereses y relaciones de unas naciones con otras”.
La importancia de las relaciones institucionales no es nueva en el mundo empresarial, pero parece que va ganando peso en la estrategia de muchas organizaciones. Como cabía esperar, no es algo nuevo en Estados Unidos, donde ya vienen practicando la corporate diplomacy desde hace tiempo.
Agencias como Bassat Ogilvy Comunicación y Mas Consulting ya ofrecen servicios de diplomacia corporativa, y otras como Global Strategies están especializadas en ese ámbito. Un nuevo campo a explorar que me parece de lo más interesante.

La Diplomacia Corporativa debe usar las relaciones públicas y el protocolo para resolver todas las comunicaciones que se hagan desde la empresa, ya que un error de tratamiento, vestimenta, saludo, etc., pueden suponer el fracaso de la campaña comunicativa iniciada, especialmente si se da en otros países con distinta cultura.
La Diplomacia Corporativa logra comunicar a todo tipo de grupos de un modo muy eficaz, especialmente con los poderes públicos y la administración, pero también consigue desarrollar la RSC más allá de lo habitual.
Así que va siendo hora de tomar nota por parte de las empresas españolas para comenzar a aplicar esta tipología de comunicación.

Nueva Diplomacia Corporativa
La interdisciplinariedad de las Relaciones Públicas
Consejos de protocolo diplomático
Guía de Protocolo de Relaciones Exteriores de México
Cultura para viajes y negocios internacionales
El nombre de las Relaciones Públicas
Textos de Susan Holmström

lunes, julio 26, 2010

Facebook habla de tu empresa

Vía Enrique Dans leemos Lo que la presencia en Facebook dice de tu empresa, donde analiza la importancia comunicativa que tiene la red social comercial Facebook para las organizaciones, en este caso para las empresas, las cuales no pueden seguir la táctica del avestruz ocultándose de la realidad que las rodea. A día de hoy no estar en Facebook no significa que realmente no lo estés, ya que los demás pueden estar hablando de ti sin que lo sepas. Por ello es necesario conocer esta red social y usarla para así poder hacer los mensajes de la organización desde la fuente principal y reconducir los demás mensajes hacia donde la empresa considere de su interés mejorando su imagen, su reputación y su negocio.


Cada día más, tener una presencia en Facebook resulta una necesidad más evidente para las empresas. El crecimiento imparable de la red social (300 millones de usuarios activos en septiembre de 2009, 350 millones en diciembre, 400 millones el pasado febrero, 500 millones hace tan solo unos días) lleva a un razonamiento lógico: ¿dónde deben estar las empresas? Donde están sus clientes: a día de hoy, un porcentaje muy importante de tus clientes actuales y prospectivos están pasando una parte importante de su tiempo dentro de la red social. Un número cada vez mayor de personas se dirigen ya habitualmente a Facebook para hacer búsquedas de productos o servicios, esperando encontrar información útil, opiniones y una presencia activa.
Ahora bien, estar en Facebook, como todo, tiene sus reglas y protocolos.

En principio, Facebook se definió como una red social para las personas: tal y como Facebook lo define, un perfil es un perfil personal, debe ser una persona. No una empresa, no un grupo de amigos, no un perro ni un gato… una PERSONA. Sin embargo, y a pesar de tal definición, expresada claramente en la ayuda de Facebook, existen todavía un buen número de marcas creadas usando perfiles personales, debido en parte al tiempo que Facebook tardó en crear una fórmula para acomodar perfiles empresariales, y a una cierta ambigüedad controlada. Los perfiles personales, claramente, no son para crear ni desarrollar una marca. Las marcas no tienen “amigos”, ni tiene sentido que tengan que “aprobar” a dichos amigos, ni mucho menos que tengan que restringirse a tener cinco mil de esos “amigos”, límite establecido por Facebook para los perfiles personales. Desarrollar una marca usando un perfil personal supone un problema importante: primero, porque Facebook podría en cualquier momento y sin necesidad de explicaciones de ningún tipo dar de baja dicho perfil por incumplimiento de los términos de uso. Y segundo, porque si se llegase al límite de posibilidad de desarrollo, habría que hacer la migración de perfil a página manualmente pidiendo a los usuarios que se trasladasen, con la previsible pérdida de un porcentaje importante de ellos. Una presencia de tu empresa en Facebook en forma de perfil personal implica, a pesar de la “buena voluntad”, un trabajo de aficionado, algo hecho sin darle importancia, un “estar por estar” pero sin poner en ello los recursos adecuados. Si una agencia o empresa que supuestamente sabe de estos temas te ha recomendado hacerlo así, cambia de agencia.
También, lógicamente, existen empresas que simplemente no están. En muchos casos, al buscar una empresa o marca en Facebook, encontramos perfiles falsos, páginas no oficiales, o grupos de usuarios de diversos tipos. ¿Qué imagen da eso de una empresa? Simplemente, la de desatención, la de ignorancia, la de no querer utilizar un foro donde muchos de sus clientes actuales y posibles pueden querer buscarlos en cualquier momento, para encontrarse una presencia falsa, en ocasiones perniciosa, que la marca no administra. ¿Comprarías un producto de una marca que cuando la buscas en Facebook solo encuentras perfiles y páginas falsas o grupos de usuarios protestando sin respuesta alguna? Seguramente, eso pueda llevar a que algunos usuarios activos en Facebook se lo piensen dos veces.
La presencia lógica de una empresa tiene lugar en una página. Las páginas en Facebook poseen características que dan mucho más sentido a la actividad de una empresa: son abiertas, visibles desde fuera de Facebook, y cualquiera que quiera unirse a ellas y formar parte de la comunidad de la empresa o marca puede hacerlo, sin necesidad de ser aprobado. Sin embargo, existen herramientas de control, que deben utilizarse con el lógico cuidado – no parece muy recomendable que una marca “eche fuera” a potenciales clientes – pero que permiten, por ejemplo, eliminar comportamientos indeseables que impidan el desarrollo de conversaciones, generen ruido o molesten a otros usuarios. Las páginas tienen además estadísticas, los Facebook Insights, que ofrecen un razonable nivel de detalle sobre la actividad de la cuenta, de gran utilidad para la gestión.
Entrando en detalles: ¿qué debemos encontrar en la página de una empresa o marca en Facebook? Dado el mecanismo de interacción preferente en Facebook, el muro, se espera que dicha empresa mantenga en él una actividad razonable: el número de fans de una marca puede ser indicativo de la intensidad de su presencia en Facebook, pero también lo es la fecha de sus entradas en su muro. Si tienes pocos fans, intenta desarrollar más tu presencia y aportar más valor en tu página, o haz campañas para captar la atención. Pero nunca, jamás te inventes perfiles falsos: si tu agencia te recomienda hacer eso, aléjate rápidamente de ella. En la conversación se coge antes a un mentiroso que a un cojo, y además, los perfiles falsos no tienen sentido, porque no son amigos de nadie y por tanto generan una actividad hueca, absurda, que no contribuye al desarrollo de viralidad.
El muro de una empresa debe lógicamente estar abierto a que los usuarios escriban en él: lo contrario sería de una unidireccionalidad impensable en los tiempos que corren. Pero abrir el muro a terceros implica también supervisarlo: un muro lleno de spam, de tonterías o de insultos variados refleja una falta de atención y ofrece muy mala imagen. Peor que no estar en Facebook, sin duda, es estar en Facebook pero no ejercer un cierto control de tu presencia, o no hacer caso a quienes acuden a tu muro a preguntar algo.
El muro, en el caso de las empresas y marcas, tiende a evolucionar como algo con características mixtas entre un servicio postventa, una asesoría de uso, un buzón de sugerencias y una hoja de reclamaciones. Tan posible es que aparezcan en el muro preguntas sobre el producto hechas por clientes prospectivos tomando su decisión de compra, como dudas de clientes que ya han comprado, como personas dando ideas o haciendo peticiones o quejas y problemas de todo tipo. En todos esos casos, debemos reconocer el uso como razonable siempre que estén expresadas en términos razonables, y tratar de proporcionar respuestas, incluyendo reconocer los errores cuando los haya. Algunas de esas respuestas podrán proporcionarse directamente en el muro, otras será más adecuado conducirlas al canal privado, a través de un mensaje a la persona. Pero en cualquier caso, una página en Facebook requiere atención: si la empresa la crea pero no la atiende, estará dando una mala imagen. La misma mala imagen que puede dar atenderla sin criterio, sin sentido común, con agresividad o con actitudes inadecuadas.
Facebook está haciéndonos revivir muchos de los síndromes que vivimos cuando la web empezó su desarrollo, pero con un nivel de interacción y de dinamismo que la web ha tardado mucho en tener. En Facebook, el que no está o el que simplemente “está por estar”, da mala imagen. Si vas a desarrollar tu presencia en Facebook, dota los medios adecuados, hazlo en condiciones, piensa qué tipo de información vas a poner ahí y de dónde va a salir, y prepárate para participar en la conversación, porque ésta surgirá con casi total seguridad.
Animamos a todas las organizaciones a participar en las redes sociales. No obstante esta participación siempre ha de realizarse siguiendo un plan de comunicación que señale claramente los objetivos a lograr, ya que de nada vale estar en una red social sin saber por qué estamos en ella, qué queremos lograr y cómo comunicar en la web 2.0. No obstante hay casos de páginas en redes sociales 1.0 como lo fueron en su día las webs o portales corporativos ya que se adopta la estrategia de figurar en la red social de moda sin saber si esa red social nos interesa (Facebook, tuenti, linkedin, ...), ni saber cómo actualizar los contenidos e interactuar con los demás miembros de la red.
Así que sí se deben usar las redes sociales, pero sólo si la estrategia comunicativa de la organización lo recomienda y conociendo dicha herramienta social que posee sus propias características diferenciadoras.

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